Desde el año 1994 un grupo de romanos creó la asociación llamada Grupo Histórico Romano que tiene como objetivo revivir el pasado del Imperio aunque sólo sea en sus formas ya que en su contenido es complicado sin que se produzca al mismo tiempo un profundo cambio en la vida de los integrantes de esta asociación. No es necesario llegar tan lejos ya que el objetivo ante todo es divertirse y disfrutar, y de paso mantener vivo el interés por la historia del país.
La asociación organiza reuniones de sus miembros en los que se asiste vestido con indumentaria propia de épocas pasadas. De hecho cuentan con un museo donde se pueden ver todo tipo de complementos utilizados por los gladiadores: cascos, escudos, espadas,… así como por los pretorianos o los legionarios.
El interés de la asociación por el belicismo es notorio ya que se han ocupado en la reconstrucción de la maquinaria de guerra del Imperio: arietes, catapultas, torres de asalto, etc.
Si a usted le gusta más la práctica que la teoría histórica lo que puede hacer es apuntarse al curso de gladiadores. Se pueden inscribir tanto hombres como mujeres y los únicos requisistos son la previa inscripción en la asociación del Grupo Histórico Romano, presentar un certificado médico que demuestre que no se padece ninguna enfermedad que desaconseje un ejercicio físico intenso y el pago de una cuota de 25 euros al mes durante los primeros cuatro meses y de sólo 5 euros al mes a partir de ese momento.
En la ëpoca antigua, todo era diferente...
Los gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, ya que se alimentaban básicamente de cebada y otras legumbres. De esta forma conseguían engordar y tener una gran masa muscular, escudo natural que les protegía contra heridas profundas producidas durante los combates.
Solían tener numerosas fracturas y heridas en los combates pero según los restos óseos que se han estudiado, presentaban buenas recuperaciones, ya que al conseguirse mucho dinero con su comercio, los mejores médicos les trataban sus lesiones. También recibían masajes y baños, como parte de su cuidado.
Las Reglas del Combate
Hasta tal punto llegaron a ser importantes los combates de gladiadores que se tuvieron que promulgar una leyes que regularan celebración, las llamadas Leges gladiatorae, estatutos por los que se debía regir dicho espectáculo. Los gladiadores que obtenían gran éxito recibían una gran aclamación; eran ensalzados por los poetas, su retrato aparecía en joyas y jarrones, las damas patricias les mimaban. También debe saberse que algunos emperadores realmente aparecían en el la arena , como Caligula y Commodus.
Los combates de gladiadores tenían un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el evento era anunciado por toda la ciudad donde se fueran a celebrar los juegos. La noche antes del combate se les daba una espléndida cena junto con las autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la última noche de sus vidas. Cuentan las crónicas que en estas orgías los gladiadores eran muy deseados, al ser hombres muy grandes y musculosos, además de tratarse de héroes locales, similares en la actualidad a los jugadores de fútbol.
Combáte
El día de la fiesta, los gladiadores lujosamente vestidos se dirigían al anfiteatro atravesando la ciudad. Una vez en la arena efectuaban un simulacro con armas de madera o sin punta (arma lusoria) que venía a ser una preparación para la lucha.
Para dar la señal de comienzo del combate se tocaba un cuerno. Entonces, los lanistas escogían a los gladiadores que debían actuar y delimitaban el espacio del combate en la arena marcándolo con un bastón. Al llegar los gladiadores al momento final del triunfo preguntaban al público si debía matar al vencido o no, el cual previamente había pedido clemencia levantado la mano. Si los espectadores entendían que merecía el perdón bajaban el pulgar, haciendo ver que el vencedor debía arrojar su arma a tierra, aunque hay fuentes que aseguran que lo que se hacía era esconder el pulgar, queriendo decir que el vencedor debía envainar la espada.
La asociación organiza reuniones de sus miembros en los que se asiste vestido con indumentaria propia de épocas pasadas. De hecho cuentan con un museo donde se pueden ver todo tipo de complementos utilizados por los gladiadores: cascos, escudos, espadas,… así como por los pretorianos o los legionarios.
El interés de la asociación por el belicismo es notorio ya que se han ocupado en la reconstrucción de la maquinaria de guerra del Imperio: arietes, catapultas, torres de asalto, etc.
Si a usted le gusta más la práctica que la teoría histórica lo que puede hacer es apuntarse al curso de gladiadores. Se pueden inscribir tanto hombres como mujeres y los únicos requisistos son la previa inscripción en la asociación del Grupo Histórico Romano, presentar un certificado médico que demuestre que no se padece ninguna enfermedad que desaconseje un ejercicio físico intenso y el pago de una cuota de 25 euros al mes durante los primeros cuatro meses y de sólo 5 euros al mes a partir de ese momento.
En la ëpoca antigua, todo era diferente...
Los gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, ya que se alimentaban básicamente de cebada y otras legumbres. De esta forma conseguían engordar y tener una gran masa muscular, escudo natural que les protegía contra heridas profundas producidas durante los combates.
Solían tener numerosas fracturas y heridas en los combates pero según los restos óseos que se han estudiado, presentaban buenas recuperaciones, ya que al conseguirse mucho dinero con su comercio, los mejores médicos les trataban sus lesiones. También recibían masajes y baños, como parte de su cuidado.
Las Reglas del Combate
Hasta tal punto llegaron a ser importantes los combates de gladiadores que se tuvieron que promulgar una leyes que regularan celebración, las llamadas Leges gladiatorae, estatutos por los que se debía regir dicho espectáculo. Los gladiadores que obtenían gran éxito recibían una gran aclamación; eran ensalzados por los poetas, su retrato aparecía en joyas y jarrones, las damas patricias les mimaban. También debe saberse que algunos emperadores realmente aparecían en el la arena , como Caligula y Commodus.
Los combates de gladiadores tenían un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el evento era anunciado por toda la ciudad donde se fueran a celebrar los juegos. La noche antes del combate se les daba una espléndida cena junto con las autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la última noche de sus vidas. Cuentan las crónicas que en estas orgías los gladiadores eran muy deseados, al ser hombres muy grandes y musculosos, además de tratarse de héroes locales, similares en la actualidad a los jugadores de fútbol.
El día de la fiesta, los gladiadores lujosamente vestidos se dirigían al anfiteatro atravesando la ciudad. Una vez en la arena efectuaban un simulacro con armas de madera o sin punta (arma lusoria) que venía a ser una preparación para la lucha.
Para dar la señal de comienzo del combate se tocaba un cuerno. Entonces, los lanistas escogían a los gladiadores que debían actuar y delimitaban el espacio del combate en la arena marcándolo con un bastón. Al llegar los gladiadores al momento final del triunfo preguntaban al público si debía matar al vencido o no, el cual previamente había pedido clemencia levantado la mano. Si los espectadores entendían que merecía el perdón bajaban el pulgar, haciendo ver que el vencedor debía arrojar su arma a tierra, aunque hay fuentes que aseguran que lo que se hacía era esconder el pulgar, queriendo decir que el vencedor debía envainar la espada.